Sé que sigo en el 2023 porque lo puedo ver en el teléfono.
Si me preguntas, siento como si hubiera estado hibernando 30 años y de repente me desperté y el mundo giraba distinto.
El tiempo como lo percibía ya no existe, lo que antes era un mes ahora se siente como un año. Lo que antes eran horas, se sienten como días.
Mi vida está yendo a 500 km p/h, una parte de mi va apretando el freno a fondo, sin mucho éxito.
Todo es nuevo, hasta las cosas más cotidianas son distintas, la incomodidad es casi constante, la famosa zona de confort no existe.
Como si tuviera un cupido sentado en el hombro 24/7, pero no el que te estás imaginando, el mío me tira rayos de electricidad, choques leves pero intensos, de esos que van profundo y te obligan a pegar un salto, moverte de lugar.
Hay momentos en la vida que son para atravesar, de esos que sabes con certeza que una vez los pases, ya nada será igual.
En una de mis películas favoritas hay un momento dónde dice;
“…Si tienes el valor de dejar atrás todo lo conocido y cómodo, que puede ser desde tu casa hasta viejos rencores. Y emprendes un viaje buscando la verdad externa o internamente, estás dispuesto a tratar todo lo que te pase como una pista, aceptar a todo el que encuentres como un maestro, y si estás preparado más que nada para encarar y perdonar realidades muy difíciles sobre ti mismo, la verdad no se te ocultará.” - Comer, rezar y amar -
Y acá estoy, sentada en un living que no es mío, en una casa que no es mía -la tercera en un mes-, rodeada de cosas que no son mías, aprendiendo cada vez más a habitarme.
Lo que antes limitaba empieza a desvanecerse, los contornos que antes marcaban un principio y un final se convierten en galaxias expansivas, capaces de combinarse, cambiar de forma, desaparecer y volver a nacer.
Siempre tuve esa fascinación por mirar el cielo estrellado en la noche, pensar en el infinito, ese vacío en el estómago...
¿Cómo es posible que algo nunca termine? No hay límites, un sin fin de posibilidades, esa inmensidad abierta de par en par para vos, lo único que tenes que hacer es mirar para arriba y entregarte al no saber. En esas ando.
Aquel día que volví a mirar el cielo estrellado de la Tramontana (te lo cuento en este relato) cuándo me cuestione dejar todo y venirme a vivir a Mallorca -mientras pensaba que me estaba volviendo loca- me hice una pregunta clave;
¿Te imaginas como va a ser tu vida de acá a cinco años si seguís en el mismo lugar?
La respuesta fue corta, Si.
¿Querés que sea así?
La respuesta fue corta, No.
Mi galaxia en este momento esta siendo eclipsada por una supernova, todavía no se bien en qué se va a convertir.
Ana,
Recomendaciones de Junio;
Una cuenta: esta es mi cuenta personal dónde comparto mi diario visual, el mundo en paletas de colores.
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Dentro Studio de Anna Alfaro l “Dentro Studio es un espacio en el que nutrir todos tus sentidos.”